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REIKI MUDRA
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REIKI MUDRA
REIKI DEL SIGLO XXI
¿Tus sesiones de Reiki te dejan un vacío? Reiki Mudra es un sistema de maestría que fusiona el poder ancestral de los mudras y la meditación con estrategias terapéuticas avanzadas. Te daremos las herramientas para que tu energía se libere y se expanda, y para que tus consultantes no solo se sientan mejor, sino que se transformen. Es hora de dejar de ser un canal y convertirte en una fuente inagotable de sanación.
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Sabes que el reiki tiene un potencial increíble, pero quizás sientes que te falta algo, una llave: Las enseñanzas olvidadas de Usui sensei para desbloquear niveles superiores de sanación y conexión profunda.
Ofrece terapias reiki siglo xxi
Conocí el zen en 1989. Mis maestros: Rashid Hassán, Roshi Ejo Takata Shigueta, Roshi Tesshin Sanderson. Reiki Mudra tiene enseñanza zen, la profundización del arte poético, el poder de los mudras, técnicas avanzadas de sanación y psicología transpersonal.
MUDRA significa sello, en el sentido de autoridad, pertenencia, identificación y protección. El mudra representa la iluminación espiritual en las religiones de India.
Lo que da equilibrio, lo que sana, no es el reiki, quien da equilibrio, quien sana, es la terapeuta, el terapeuta.
F Fernando Ruiz-Torres
PSICÓLOGO TRANSPERSONAL MUSICOTERAPEUTA MÉDICO DE LA TRADICIÓN Y MÁSTER REIKI
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Si estudias o eres máster de cualquier corriente de reiki, este método hará que profundices más en tu práctica.
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Conocí reiki en 1989. Formé parte de los primeros 18 maestros reiki mexicanos (1994). He participado en congresos internacionales, investigado reiki desde sus raíces, impartido cursos y seminarios, ofrecido terapias.
Reiki Mudra es el resultado de todo este andar. Sé exactamente como se puede potenciar la energía reiki, como alcanzar destellos de iluminación, como entender el zen en el reiki y cómo ayudar a tus consultantes no solamente a sanar sino a transformar sus vidas.
Transformando Vidas Desde 1989
He sido testigo de cómo la máster class que te ofrezco ha encendido la chispa de la sanación, éxito, abundancia, prosperidad y despertar, en cientos de personas. Las necesidades terapéuticas del siglo xx son muy diferentes a los retos que enfrentamos en estos tiempos. Mi sistemas de terapia Reiki Mudra se ha adaptado a los cambios y desafíos del mundo contemporáneo SUSTENTADO EN LAS MÁS IMPORTANTES ENSEÑANZAS DE MIKAO USUI SENSEI.
UNA HISTORIA REAL DE REIKI
Conocí reiki por medio de la maestra Magda Núñez, en Los Ángeles, California, USA, en el año de 1989.
La madrugada del día 18 de septiembre de 1994, ya en la Ciudad de México, tuve un sueño extraordinario:
Un oriental me regala una cobija, al llegar a una casa que desconozco pero que identifico como mía, dejo la cobija en el piso de tierra, comienzo a extenderla y descubro con mucho asombro que sobre la tela están prendidos muchos dijes de oro en formas de templos, dioses orientales, estatuas, símbolos. De entre ellos tomo uno que me causa especial sentimiento porque en la parte superior tiene escrito mi nombre. Posteriormente llego hasta las puertas de un maestro de la curación al que le entrego todas las figuras de oro y también la cobija porque de alguna manera sé que le pertenecen. El maestro me mira enojado y pregunta que cómo es que llegó esto a mí. No acierto a contestar, solamente guardo silencio. Entonces su gesto grave desaparece, ríe y dice: “Hay, por todos lados, muchas personas que desde hace tiempo trabajan conmigo y cuando se marchan, al anochecer, se llevan una cobija como esta que me traes para dar calor a los necesitados de energía, pero ahí dentro llevan escondidos los símbolos de oro para enriquecerse mezquinamente. Así, estos curanderos, a la luz del día parecen piadosos pero, en realidad, son bandidos. ¿Y sabes una cosa? Estos dijes son de oro, pero no es oro del mundo, no es oro que viene de las entrañas de la tierra, es el hilo dorado de la misericordia de los Budas… procurad que nadie se quede sin un símbolo en el corazón”.
Al día siguiente, no bien había dejado mi portafolios en el escritorio cuando sonó el timbre del teléfono, era Susana Pulido, gran amiga mía, que llamaba para pedir mi opinión acerca de un problema por el que atravesaba. Salió su frustración por no haber, por esas fechas, conseguido su diploma como maestra Reiki. Había cursado el primero y segundo niveles, pero por lo costoso del curso definitivo que era de diez mil dólares, sentía que quizá nunca sería maestra en la disciplina que, según me refirió, era lo más importante de su vida. Me hizo saber que no era la única que tenía ese sentimiento, que había por ahí dos o tres conocidos suyos que atravesaban por la misma situación y que habían planeado alguna vez reunir entre todos esa cantidad para que uno de ellos obtuviese el tan anhelado diploma y posteriormente harían lo mismo con los demás hasta que al cabo del tiempo no quedara nadie, entre ellos, de realizarse como máster Reiki, plan que bien podría prolongarse varios años de llegar a buen término. El primero que recibiera aquel reconocimiento sería el primer maestro reiki mexicano. Súbitamente me vino a la mente el sueño y lo único que se ocurrió decir fue: “Déjame ver qué puedo hacer para que pronto obtengas tu diploma de maestra”.
Cuando colgué el auricular estuve caminando de un lado para otro durante algunos minutos, todo parecía indicar que mi alma aventurera estaba a punto de enfrascarse en una misión quijotesca. Volví al teléfono, esta vez para marcar el número de Magda Nuñez, amiga mía, colombiana, quien residía en el Sur de Estados Unidos y que, a la postre, ya tenía el diploma de reiki master. A Magda le conté mi sueño, la conversación que tuviera minutos antes con Susana, y ella, sensible y receptiva intuyó lo que quería proponerle. “¡No! -Fue su primera respuesta-. Alegó que la tradición se venía respetando desde siempre y que los diez mil dólares significaban algo más que un costo por el curso, era la conciencia y el ardor que el discípulo aspirante debería demostrar con ello y que mi pretensión absurda de enseñar el nivel de maestría a cambio de donativos voluntarios era inadmisible. Debo aclarar que, conociéndola, Magda era sincera en cuanto a su postura respecto de la tradición, el dinero en sí no le ha significado más allá que un medio para los fines meramente utilitarios. Sabedor de esto, aquel día le marqué dos veces más recibiendo todas las veces la misma respuesta. Volví a llamarle temprano al día siguiente. Entonces Magda me adelantó que recién había recibido una invitación para que ella participara en una caminata azteca en la ciudad de México, misma que sería a fines de septiembre, fecha que tentativamente le había propuesto para el proyecto Reiki.
A la siguiente semana ella coincidió conmigo en que las señales eran muy claras para cerrar los ojos. Aunque no accedió, su mente comenzaba a abrirse a la posibilidad. Entretanto, con la ayuda de Susana, el original grupo de tres o cuatro personas que eventualmente recibirían el grado de maestro se había más que duplicado. Fue así que cuando días después la maestra Magda, con reticencias y condiciones, consideró la posibilidad de venir a enseñar a México, detuvo nuevamente el proyecto porque “…trabajar con diez personas es una locura, Fernando -dijo-, cuando mucho puedo aceptar tres… los tres más avanzados… esto no es un juego”. Tenía razón. Aun así, decidí llevar esta especie de misión hasta sus últimas consecuencias.
Finalmente, Magda llegó a la Ciudad de México un poco con el ánimo de participar en la caminata mexica. Todavía pasamos horas llegando a acuerdos en unos puntos, discutiendo de otros. Cuando todo parecía indicar que el curso se realizaría, algo en ella se resistía y daba marcha atrás. Finalmente, por sincrodestino, le avisaron que se cancelaba el evento de la caminata azteca, en cambio su buen corazón (al que agradezco infinitamente) y su férrea voluntad, hicieron posible un curso de fin de semana en el pueblo de Rupatitlán, Estado de México, en una cabaña que daba casi al pie de los volcanes y en el espíritu mismo de la naturaleza, con una extraordinaria armonía y cordialidad entre los todos los participantes y con la gracia de Usui sensei que, en su potestad y en su herencia, hizo posible la ordenación de los 18 primeros maestros Reiki mexicanos. Como dato estadístico comentaré que me tocó en fortuna ser el primer iniciado. He aquí la lista de los 18 discípulos que recibimos el respectivo diploma que nos acreditaba como maestros y maestras Reiki en aquel memorable dos de octubre del año de 1994:
- Susana Pulido Paniagua.
- Aurelio Cano Atrián.
- Carlos Covanera Talavera.
- Edmar Salinas Callejas.
- Imelda Pulido Paniagua.
- Yolanda Castillejos Escobar.
- Flora López de Heredia.
- María Elena González Calderón.
- Leticia Ramírez de Román.
- Ana Beatriz Solano Díaz de Sandi.
- Mario Pacheco Plascencia.
- Evelyn Antuñano González.
- José Antonio Espinosa de los Monteros.
- Alma L. de H. de Yabra.
- José Marcos Chavarín González.
- Cecilia García Meza.
- Jesús Santos Galván Pello.
- F Fernando Ruiz-Torres.
Gracias a este movimiento pionero, discreto y poderoso se abrió una nueva manera de entender Reiki; su estudio se pudo hacer más accesible a la mayoría de la gente al reducir sensiblemente las cuotas en los cursos a nivel mundial, lo que generó una apertura para su mejor entendimiento y difusión.








